Toda empresa, independientemente de su tamaño o sector, basa su actividad empresarial en ejercicios contables independientes.
Dichos ejercicios son el conjunto de las operaciones económicas y el registro contable respectivo que una sociedad realiza durante un período determinado, el cual suelen coincidir con los años naturales (inicio el 1 de enero y cierre el 31 de diciembre).
Eso quiere decir que cada cierto tiempo, las empresas deben “cerrar” su actividad contable para revisar la situación económica y el patrimonio que poseen.
Después del cierre, es necesario abrir de nuevo un ciclo contable; el asiento contable de apertura será el encargado de hacerlo.
💡 Todo ciclo que comienza, lo hace después de un cierre. En ese sentido, también existe el asiento de cierre, el encargado de cerrar el ejercicio contable (o de clausurar el negocio, si se da el caso). Ambos asientos son los que establecen la separación entre los períodos contables.