El concepto de capital humano fue expresado por primera vez en 1961 por Theodore Schultz, economista del desarrollo, y fue retomado en 1964 en los trabajos de Gary Becker, Premio Nobel de Economía en 1992.
En su trabajo, Becker, defiende que la acumulación de habilidades y conocimientos que una persona adquiere a lo largo de a su vida, puede ser considerada un verdadero activo intangible para la empresa, que los empleados ponen a disposición a diario a través de:
- sus aptitudes (innatas),
- sus competencias (adquiridas),
- sus conocimientos útiles (cultura general)
- sus calificaciones (diplomas),
- sus experiencias profesionales,
- sus capacidades productivas.
Por lo tanto, el capital humano hace alusión a la formación y a las experiencias profesionales de tus empleados.
Así, es posible considerar el conocimiento individual como una inversión, con sus costes (de educación y formación) y su valor potencial (salarios, productividad, etc.).